Mi nombre es “Proyecto
Pax” y mi misión, mediar entre las potencias más poderosas del planeta por el
control del último reducto de petróleo. Fui creado con ese propósito pues los
planes de los líderes mundiales sobrepasaban los límites del Plan sobre el Medioambiente.
La cita sucedió en la
Sede Central y no fue precisamente fructífera en cuanto a los términos
acordados del Plan. El petróleo se hallaba fuera de las zonas permitidas de
explotación además de que estaba una población situada sobre ella por lo que
las empresas no dudaron en acercarse, contratar a los habitantes por un mísero sueldo
y llevarse ellos los bolsillos llenos de dinero a costa del trabajo y el
sufrimiento de otros. Una vez allí siete empresas empezaron a disentir sobre
quien debería ser el propietario del oro negro pero al ponerse de acuerdo nadie
comenzó una disputa que llegó a límites insospechados.
Cada una de ellas
contrataban a los aldeanos para trabajar durante el día y sabotear durante la
noche o robar aquello que los demás habían conseguido. Se crearon numerosos indignados
que pedían poder tener paz y proseguir con sus vidas como antes de que llegaran
a invadir sus terrenos. Como ningún líder atendió las súplicas de los aldeanos
pronto estos se reunieron en pequeños grupos que asaltaban las oficinas y a
consecuencia los empresarios respondieron con la misma moneda. En poco tiempo
se originó una contienda entre aldeanos y empresarios, entre quienes trabajaban
para poder ganar algo de dinero para alimentar a sus familias y entre ellos
mismos.
Las noticias enseguida
fueron recibidas en los demás países que de inmediato organizaron una asamblea
para discutir sobre el asunto. Aquí es donde entro yo en juego, tendría que
haber alguien imparcial que decidiera lo mejor para cada líder.
Pero la codicia del
hombre es más poderosa que la razón y durante mucho tiempo no se llegó a ningún
acuerdo. Sesiones tras sesiones los desacuerdos iban en aumento y ninguno hacia
lo posible por parar aquel desastre. Por momentos no sabía cómo podría interferir
ante tal situación pues mis alternativas al petróleo como el uso de las fuentes
renovables pasaban inadvertidas. En una de las sesiones pareció que las disputas
se distendían pero solo sería en esa porque en las demás volvieron a las
situaciones de antes.
Debe ser porque soy robot
pero mi entendimiento no encuentra explicación para tal actitud y me temo que
yo ya no sirvo para el fin con el que fui creado; ni mis opiniones,
razonamientos para encontrar otras soluciones o cualquier otra cosa que diga
valen la pena expresarlas. O la humanidad no se interesa por lo que diga una
maquina o es insuficientemente
incapacitada para valorar lo más importante; en cualquier caso aquí abandono mi
labor y espero que si algún otro robot me sustituye tenga más suerte en
entender a los humanos.
Termino mi comunicado, me
desconecto para siempre.
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