Una mañana
Barna decide salir a pasear. Contemplando las
casas hubo una que le llamó particularmente la curiosidad y decidió verla más de cerca.
Antes de llegar a la puerta de la casa vio a una mujer recogiendo el correo y
¡sorpresa! no lo podía creer era su antigua novia y se acercó a saludarla.
Empezó a imaginar que su presencia allí solo podría traerle problemas.
Descubrió que estaba casada y con un hijo y también le habló de su otra hija
que ellos dos tuvieron. A pesar de los años aún seguían recordando buenos
tiempos y acordaron verse más a menudo.
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