jueves, 5 de junio de 2014

De fotos, libros y demás

Una lámpara al fondo alumbra todo el cuarto. En él se podían ver las paredes llenas de cosas diversas, estanterías con libros, fotos, estatuillas, cuadros y un sinfín de cosas. Del resto de la habitación podía observar mesas, sofás, sillas y más muebles.


Pero allá donde mirara sólo veía  los restos de una vida pasada. Una foto aquí le transportaba a aquel parque donde solían pasar las horas, otra por allí, el beso bajo el árbol tomada por alguna persona que no recordaba, ese libro que leyeron al mismo tiempo o el perrito sobre la mesa tan espantoso que le regaló y tenía una oreja descascarillada pero que sin embargo le tenía aprecio.
La bombilla de la lámpara parpadeó un momento y la habitación se quedó a oscuras. Unos segundos después todo el panorama cambió tras volver la luz. Las estanterías estaban descolgadas y todo lo que contenían habían caído al suelo o estaban a punto de hacerlo, los sofás raidos y los cojines resquebrajados, las mesas astilladas y rotas.
Las fotos también habían cambiado, ahora en vez del parque soleado era un parque en penumbra, la foto del beso estaba chamuscada donde los labios se juntaban y del perro quedaba únicamente la cerámica esparcida por el suelo. Al momento las paredes empezaron a moverse y la habitación se fue achicando, empujando todo lo que había. No era capaz de movilizar las piernas presas del pánico y bajó los ojos atemorizados.
Vio algo que no había visto antes, lo cogió y lo aferró con tal fuerza contra su pecho que no le importó hacerse daño. Intentó buscar una salida corriendo por la habitación pero no había y las paredes se iban acercando cada vez más.
La lámpara se apagó y la oscuridad se cernió sobre ella y se asustó pero un diminuto rayo salía de alguna parte, ¿y si era una puerta?
Corrió hacia allí tropezando con las cosas esparcidas por el suelo a cada paso que daba, le costaba avanzar. Tuvo que correr por encima de las mesas, las estanterías y los objetos pero ya podía alcanzar casi la puerta. Agarró el picaporte a la vez que tropezaba con algo y lo que llevaba agarrado se le escapó de entre los dedos perdiéndose entre el amasijo de cosas.

Retrocedió para buscarlo pero a las paredes apenas le faltaban medio metro para juntarse y no le quedó más remedio que desistir y atravesar la puerta si no quería ser aplastada. Justo cuando cruzó la puerta se cerró de un golpe y lo que dejó atrás lo olvido porque ahora se hallaba en otra habitación más amplia con vanos en las paredes por donde se filtraba el sol y una amplísima puerta que daba a un jardín pero no había muebles o libros o fotografías, no le importaba, podía empezar de nuevo a decorar aquella habitación con cosas nuevas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario