lunes, 8 de junio de 2015

Último beso

El sol ya se despedía de otro día más. Caminado por la pradera, la joven pareja pararon a descansar bajo un árbol.

-¿No te parece un atardecer maravilloso?- pregunto él.
-Me parece mucho más hermoso si es contigo con quien lo contemplo- le respondió ella sin apartar la vista del horizonte.
Una lágrima resbaló por el rostro de él, ¿cómo decirle que a partir del día siguiente todo su mundo cambiaría para ella, para los dos?


-Aún recuerdo el momento en el que nos conocimos, jamás podré olvidarlo. ¿Te das cuenta de cómo pasa el tiempo? Te levantas una mañana preguntándote qué harás y al día siguiente no tienes esa opción.
-¿Por qué esos pensamientos? Dime qué te cruza por la mente.
-No es nada tranquila- intentó tranquilizarla pero fue un error mirarla porque sus ojos estaban asustadizos. Verás hay algo que quiero contarte.
-Dímelo sin miedo seguro que lo podremos afrontar sin problemas.

Tomo aire, tanto como si fuera la última que estaría en ese lugar y no volviera a oler las flores, sentir la mullida vegetación del suelo, oír cantar los pájaros y todo lo que se pudiera sentir en ese lugar.

-Sabes que soy caballero y que por ningún motivo debo faltar a mi juramento. Es por ello por lo que mañana con el nuevo sol debo partir a la batalla.
-No sigas hablando pues, ¿para qué malgastar nuestras últimas palabras con despedidas y llantos? Ahora sólo piensa en nosotros, no existe nada más, solos tú y yo.

Él le pasó el brazo alrededor de su cintura y atraerla hacia sí, sin querer soltarla por miedo a perderla para siempre. La besó en la cabeza y el aroma de sus cabellos quedó impregnado en su memoria. Entonces decidió romper el silencio:

-Si en algún momento yo no volviera quiero que tu…
-Calla, no rompas este momento con hechos que aún no han ocurrido, yo por siempre te esperaré.

Y con el tiempo jugando a contracorriente se abalanzó sobre él sellando la despedida con un beso.

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